Recogemos a continuación los papers de las ediciones:

Humanitas 2015:

Realidad y Soluciones

Humanitas 2014:

Panorámica de Venezuela Hoy: Revisión y Proyección

Humanitas 2013:

Un reto de hoy: tender puentes para la convivencia en una sociedad polarizada.

martes, 23 de diciembre de 2014

LA UNIVERSIDAD: PILAR DE SOCIEDAD Y ESPERANZA

Hoy, podríamos decir que nadie escapa a tener una visión negativa de la sociedad venezolana. Hemos llegado a un punto de gran desesperanza, inacción, desinterés, en el que los ciudadanos en general no saben a dónde ir o qué hacer. Pareciera que solo queda esperar un milagro, subestimando el poder de cada quien, de la acción racional y ética de cada ciudadano organizado. Tal vez, lo más grave sea la ausencia de profundidad en los saberes, en la verdad, lo que significa negación de virtudes y, de forma sencilla, de reales soluciones.

Las universidades venezolanas, como instituciones, son uno más de la sumatoria de desorientados que habitamos en el territorio de Venezuela. Vienen siendo un lugar de paso, en el que se imparten conocimientos dispares. No tienen relevancia para la sociedad, pues han negado su esencia; han preferido el plato de lentejas de cantidad de egresados y matrícula: números sin vida, superficialidad sin razón, opiniones sin verdad.

La Universidad (la escribimos con mayúscula) no son paredes para dar clases. Lo meramente técnico ha vencido a lo completo, a lo integral. Con esto, las universidades en el país, y el resto del mundo, parecieran un laboratorio de experimentos sin verificar, en el cual la formación de sus habitantes queda relegada como intrascendente, siendo consonante a lo que han clasificado como crisis de la modernidad o post-modernidad, falsedad total (negación), pues es precisamente la transcendencia del hombre a lo que apuntó en su principio la Universidad, y obviamente a lo que debe seguir apuntando, para poder ser escrito con mayúscula.

La Universidad nació como entidad independiente a la Iglesia y el Estado, que no se contaminara por los ámbitos concernientes a dichas instituciones, en la cual la Verdad, el uso de la razón, y por lo tanto, la plenitud de la vida humana, proliferen en un matizado comulgar de personas y virtudes. Luego, la universidad significa el espacio ideal (idílico también) de realización de los hombres, de su sociedad, de su organización política: es pulmón de la República, garante de su orden y rectitud.

Luego, son los valores que se imparten en instituciones de este carácter las que a largo plazo mueven el fondo de las sociedades. Devolverles a las universidades su razón fundamental es la propuesta, tal vez grotescamente simple, pero decididamente profunda y real, como acción coherente con la búsqueda de la Verdad, que proponemos para la mejora de Venezuela, entendiendo la sociedad como la relación entre ciudadanos: individuo y masa, yo-el otro- los otros.


En Venezuela tenemos la infraestructura de muchas universidades (con minúscula), tenemos a la mano entonces los insumos para llenar de esperanza y verdad nuestras raíces culturales. Trabajemos en elevar la mera estructura (edificios, aulas, profesores) hacia el espacio de Verdad, Razón y Vida, con humildad y compromiso, con responsabilidad y respeto, oxigenando y sanando las pústulas de nuestra sociedad.

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