Recogemos a continuación los papers de las ediciones:

Humanitas 2015:

Realidad y Soluciones

Humanitas 2014:

Panorámica de Venezuela Hoy: Revisión y Proyección

Humanitas 2013:

Un reto de hoy: tender puentes para la convivencia en una sociedad polarizada.

viernes, 27 de diciembre de 2013

POR TRISTE QUE SUENE

             Por triste que suene, el venezolano común y corriente, no es alguien verdaderamente formado a nivel intelectual, no es alguien que tenga cientos de oportunidades para progresar, más bien es aquel que vive en zonas populares, sin acceso a servicios públicos de calidad, vive acechado por el hampa; es una realidad de la que no estamos del todo conscientes hasta que nos colocamos en la piel de esas personas, realmente: ¿cuántos de nosotros hemos entrado a un rancho en el que beben agua de lluvia, no comen 3 veces al día y viven 8 personas entre cuatro paredes y tres colchones?

Hasta que no salgamos de nuestra burbuja pseudo-primermundista no caeremos en cuenta de una situación extendida por todo el país, hasta ese momento no nos preguntaremos: ¿por qué esa persona tiene un pensamiento político distinto al mío? ¿Por qué se encuentra en esa situación y no yo? ¿Qué es realmente lo que ocurre? y ¿Qué podemos hacer en nuestra posición de jóvenes en formación para solucionar esta problemática del país?

En el venezolano (y el latinoamericano en general) parece existir una falta de conciencia histórica y una memoria corta realmente preocupante hasta el punto de ser una ignorancia casi total de los aciertos y errores del pasado, sumado a una manipulación mediática presente casi a diario, lo cual permite que algunos actores políticos distorsionen nuestra propia historia e identidad.

Más allá de la explicación sobre todos los problemas cientos de veces repetidos y estudiados que tiene nuestro país, debemos observar el pasado reciente del fenómeno que hoy estudiamos y pretendemos buscarle una solución: La polarización.

En la historia de nuestro país, pareciera estar arraigada una constante polarización sin tregua ni mediación alguna entre dos bandos opuestos; (liberales y conservadores, adecos y copeyanos, oficialismo y oposición) pero hablando sobre un pasado más reciente, a mitad de la década de los 70, durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, el precio del barril del petróleo se triplicó, causando que el crecimiento económico de Venezuela, que tenía un crecimiento progresivo medianamente igual año a año, se disparara y al estar en un país tan joven en cuanto a prácticas democráticas (no llegábamos a 15 años de democracia), con una Constitución que se respetara, no se supo manejar la situación y los problemas de corrupción fueron desmesurados, lo cual sumado a las exuberantes deudas con el FMI, originaron una crisis de deuda externa a principios de los 80s. Más adelante con El Caracazo, los dos intentos de golpe de estado y la posterior deposición de Carlos Andrés Pérez en su segundo mandato, el sistema democrático venezolano entró en crisis, sumado a una indiferencia política en alza, todos estos fueron elementos determinantes para la llegada de Hugo Chávez a la presidencia en 1998, que aprovechó la falta de conciencia histórica de las masas populares para distorsionar (como se explicó anteriormente) lo ocurrido en la 4ta República, culpándola de cada problema del país, para sembrar el odio y sentar las bases de la polarización que vivimos hoy en día.

Ahora, debemos hacernos, (como juventud formada), la siguiente pregunta: ¿Cómo trazar puentes en una sociedad polarizada? La solución a este problema, (el de la polarización, que no es otro que la deshumanización), es la educación, y no la educación como el degenerado pragmatismo en el que se ha convertido el sistema educativo venezolano, no. La educación que aquí se plantea no es más que la formación humana, esa educación que nos hace razonar y por lo tanto, nos hace más personas.

Resulta imperante la necesidad de definir al hombre. Y, al hombre como persona, como un ser que es libre, que razona y por lo tanto es inteligente. Pero, que por sobre todas las cosas tiene una necesidad de amar, una persona que deja de sentir amor, (entendiendo por amor la necesidad de relacionarse benévolamente con las demás personas), se deshumaniza. Citando a Orwell en su obra 1984: “Pasa a ser una nopersona”.

El hombre está destinado por naturaleza a relacionarse, esa necesidad de amar que, sin duda alguna, es el puente trazado por la naturaleza humana para contrarrestar la polarización. Preguntémonos, ¿Cuál es la máxima expresión material del amor? Sin duda es el arte, la cultura.

Una persona culta es una persona formada, con conciencia, que razona. La obligación de la persona culta es culturizar, expandir su conocimiento al prójimo. Pero, debemos tomar en cuenta que la contraparte de esa persona, (la persona no formada), también tiene ciertas virtudes que deben ser explotadas. Entendamos que como ellas aprenden de nosotros, nosotros aprendemos de ellas. El clásico solo saber que no se sabe nada de Sócrates es lo que nos permitirá ese mínimo de tolerancia para comprender al que es diferente.

En definitiva, debemos sembrar las semillas de la formación humana y cosechar las virtudes innatas del que es diferente.

Alguien debe tomar la labor de cambiar una mentalidad colonial y sin conciencia histórica que nos lleva a caer constantemente en los mismos errores. Y los hombres capaces de esta ardua labor deben formarse primero, para luego formar; tener capacidad de asombro y ser hombres de reflexión que puedan encontrar las soluciones a nuestros problemas y que planteen un proyecto de país acorde con la dignidad de todos sus ciudadanos. Deben ser también hombres virtuosos, que se ejerciten en ella y que tengan la suficiente fortaleza para mantenerse en el bien; que tengan valentía para luchar por su patria hasta dar la vida por ella y, sobre todo, que tengan esperanza y que se reconozcan, a sí mismos, como la esperanza de millones de venezolanos que esperan vivir dignamente en una civilización justa y democrática.

Paper#5. Autores: Gabriel Capriles - Edgar Beltrán – Alejandro Conejero - Luis F. Capriles

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