Hay
un hecho notable hoy en Venezuela, un hecho que atenta contra la dignidad de
todos los venezolanos. Y ese hecho es un gobierno
que acorrala nuestro derecho a la libre expresión, a la educación, a la
salud, a la participación política y económica; y que nos pone miles de trabas
para que en vez de buscar nuestra felicidad y la de los demás, nos preocupemos
por sobrevivir.
Un
gobierno que busca controlar la cantidad y calidad humana de nuestro pueblo,
evitando poner las circunstancias para que cada quien pueda ser lo mejor que
puede ser, con el fin de rendir nuestra voluntad a la realización de una patria
invisible.
Pero
es ante este hecho pesimista donde encontramos el primer motivo de esperanza:
en un grupo de gente entusiasta dispuesta
a formarse y a actuar para cambiar las cosas. Un grupo de gente que aterra
a “los cerdos”.
Los
problemas son evidentes, los obstáculos también, pero es un reto que se
presenta ante nuestra voluntad y nos
invita a ser más libres: a salir de nuestras comodidades, a renunciar a la
mediocridad y a la superficialidad para poder ser capaces de formarnos y
hacerle ver a la gente que el primer problema que tenemos para poder alcanzar
nuestra plenitud como personas es un gobierno que nos ciega, que nos manipula y
que se basa en la mentira.
Tenemos
esperanza porque, basado en las estadísticas, notamos cómo el pueblo se da
cuenta de esta farsa. El buen corazón del
venezolano se indigna poco a poco ante tanta injusticia, (así como Benjamín,
el burro de Rebelión en la Granja), porque abre los ojos y reclama una vida
digna, que no se base en un soborno electoral, sino en oportunidades de formar
un verdadero hogar, tener un trabajo digno y alcanzar su verdadera felicidad.
Pero…
¿dónde están las respuestas a nuestros problemas? ¿Qué le brindo yo a los
venezolanos que no sea odio, mentira, ineficacia y mediocridad?... Y ante esta
pregunta surge un último motivo de esperanza: que las respuestas las tenemos, pero que hasta el momento hemos acudido
a la fuente errónea.
Hemos
acudido al oráculo de las encuestas que sólo brindan cantidad, y no hemos acudido al oráculo de las ideas que
nos hablan de la calidad. Y será el entendimiento de ese caldo de cultivo,
de esa voz de la experiencia de nuestros pensadores que han vivido lo mismo y
lo han sabido enfrentar, lo que nos ayudará a salir a la calle, a mover conciencias,
y a desmontar un sistema basado en la inhumanidad.
Autores: Andrés Chacín-Jorge
Machín-José Tomás Martínez-Gabriel Capriles
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