Recogemos a continuación los papers de las ediciones:

Humanitas 2015:

Realidad y Soluciones

Humanitas 2014:

Panorámica de Venezuela Hoy: Revisión y Proyección

Humanitas 2013:

Un reto de hoy: tender puentes para la convivencia en una sociedad polarizada.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

La Vuelta al Ser

Muchos analistas e ‘’intelectuales’’ del país han atribuido la actual crisis venezolana a diversos fenómenos, ya sean económicos, de seguridad ciudadana, de la mala gestión del régimen, entre otros. Pero todas estas conclusiones pseudointelectuales son notoriamente superficiales porque no examinan a fondo todos los factores que influyen en la situación actual de Venezuela. La clase intelectual venezolana ha fracasado rotundamente en entender y ofrecer soluciones ante la crisis que hoy vivimos. Es irresponsable afirmar y tratar a los distintos problemas de la sociedad como problemas aislados, cuando es tan evidente que son partes de un todo y que no se pueden ofrecer soluciones a los mismos, si solo se busca curar los síntomas, sin atacar la verdadera etiología de la enfermedad. Toda acción tiene su reacción, y la acción que ha originado la mayoría de estas problemáticas es un sistema político retrógrado, de trasfondo totalitario y concebido para generar discordia. Decir que este sistema existe desde hace apenas 16 años es tener los ojos cerrados ante la realidad, en tiempos anteriores no era tan evidente porque no había gobiernos con una vocación tan abiertamente totalitaria; pero este gobierno simplemente ha heredado y maximizado tres males de épocas anteriores: presidencialismo, estatismo y centralismo. El régimen actual solo se aprovechó de las fallas y los vacíos en las reglas del juego político, para establecer las suyas propias.

             El gobierno ha aprovechado su pleno dominio del poder para aplicar una selectiva y sistemática deshumanización y dominio del lenguaje, que se convirtió en la semilla de la polarización y posterior deshumanización, también, de la sociedad. Se impuso una retórica agresiva y degradante de parte y parte (escuálido, cucaracha, pitiyanki, majunche; marginal, pata en el suelo, ignorante) para acrecentar la desintegración en la sociedad. La deshumanización social, a través de las vertientes de la crisis (inseguridad, inflación, desabastecimiento, etc.) ha generado que las personas se limiten a sobrevivir, a llegar a lo más instintivo, a perder la capacidad de reflexión. Han intentado crear un venezolano sumiso y materialista, que cree que ser es tener y no ve más allá, que a través de la ambición desmedida y el rencor ha sido cegado para que no se detenga pensar en su valor como persona y no pueda autorrealizarse. A resumidas cuentas: desconocemos nuestra identidad y dignidad como venezolanos debido a la manipulación y a la discordia que ha sido sembrada en nuestra sociedad.

¿Qué necesita Venezuela?

               Proponemos una vuelta al Ser, es decir: redescubrir nuestra esencia individual y colectiva como venezolanos. Las soluciones a nuestras crisis van más allá de la técnica, el país no solo necesita reducir su inflación, aumentar su producción, reducir la tasa de homicidios, etc. El país necesita volver a saber qué es, conocerse. Y todo esto, que suena tan filosófico y abstracto, ¿cómo va a hacerse? Esta ‘’vuelta al Ser’’ tiene dos dimensiones: una individual y otra colectiva, cada una con sus medidas pertinentes, que se retroalimentan y son interdependientes entre sí.
Para la dimensión individual es necesario retomar la memoria y conciencia histórica, saber que no somos huérfanos de buenos ejemplos, conocer nuestro pasado para rescatar lo positivo y no repetir los errores. Los venezolanos no podemos tener memoria corta, nuestra historia pide a gritos la unidad y la concordia entre todos y no puñaladas por la espalda y revanchismo por doquier. Nuestra historia nos pide amor por la verdadera política, nos pide recuperar lo afirmativo del venezolano (instituciones, valores, educación, cultura, etc.) para construir mejores ciudadanos.  En esencia, que el venezolano vuelva a Ser, es que el venezolano recupere el ser ciudadano, que retomemos valores cívicos que se ajusten a las circunstancias históricas que vivimos. Debemos combatir el contraste que vive nuestro país con la integración social a través de la memoria histórica que vienen a ser el ‘’yo’’ que compartimos todos los venezolanos: la historia que nos une y que nos ha traído a la situación que vivimos.

Para la dimensión colectiva es necesario primordialmente cambiar de pies a cabeza el sistema político. La esencia de este sistema ha persistido desde la independencia de nuestro país, algunos de sus males se redujeron durante nuestro período democrático, pero cuando la democracia se pervirtió, los males del sistema volvieron. Es necesario un verdadero balance y separación  entre poderes, para combatir el abuso del presidencialismo porque este sistema ha sido constituido de forma tal que genera caudillos modernos, nuevos Mesías; es necesario también un verdadero federalismo, devolver las competencias a las regiones, resolver los problemas locales desde la localidad. También es necesaria la integración socioeconómica, crear condiciones materiales básicas para la población y para sanear la economía de forma tal que se atraiga la inversión extranjera y se estimule la producción, para esto es muy necesario que el Banco Central de Venezuela sea verdaderamente un Banco Central y no una impresora de dinero inorgánico, es decir, devolverle su poder y autonomía. Es imperativo recuperar la confianza del sector privado para que este produzca, a través de la derogación de la Ley de Precios Justos, el acceso a divisas en igualdad de condiciones y la progresiva eliminación del control de cambio. En definitiva, es necesario un sistema que se preste a la reconciliación y al empoderamiento ciudadano: la participación de todos en la toma de decisiones políticas, que los políticos respondan a sus representados y no a su partido, que la sociedad civil gane influencia en el acontecer político nacional, para que sea un actor relevante en el mismo, así se combate a la anti política, ya que el pueblo sabe que verdaderamente tiene el poder y que participa en el proceso de toma de decisiones.

Estas dos dimensiones, no están aisladas, sino que se entrelazan a través de un proceso de retroalimentación: la dimensión colectiva crea condiciones para la dimensión individual, es decir, se busca establecer un sistema libre, en el que las personas puedan reflexionar, educarse en valores y se instauran una serie de condiciones materiales mínimas que permitan a la población a no limitarse a sobrevivir; por otra parte la dimensión individual hace sostenible a la dimensión colectiva, ya que esa educación y esa recuperación de la conciencia histórica es lo que estabiliza al nuevo sistema político, le da un piso sobre el que sostenerse y desarrollarse, le da forma.


Hay una medida que se encuentra embebida entre la dimensión colectiva e individual: darle prioridad a la educación en todos los sectores y aspectos, una nueva política educativa, desde primaria hasta la universidad que forme a venezolanos conscientes de su realidad y amantes de la libertad y de la Verdad. El venezolano necesita darse a los demás, salir de sí, para poder descubrirse a sí mismo. Cada quien para descubrir su esencia, saber quiénes somos y hacia dónde vamos, necesita servir, ser útil y poner todos sus talentos al servicio del país. No descubrimos toda nuestra potencialidad y capacidad como seres humanos, no nos entendemos a nosotros mismos en plenitud hasta que nos entregamos a los demás, hasta que no asumimos los retos de nuestra generación, en definitiva es tan simple como que ser es servir.


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